Es curioso que a lo largo de nuestra vida, la sociedad en general y los responsables de la salud en particular, nos han “educado” y hablado de dos posibles estados: “O ESTAMOS SANOS O ESTAMOS ENFERMOS” por consiguiente quien está SANO ha de trabajar, ha de rendir al máximo, por el contrario, quien está ENFERMO, ha de ir a su médico. Ésta es una consideración errónea, ya que aúnque parezca paradójico, curioso y extraño, la gran mayoría de personas nos pasamos mucho tiempo de nuestra vida en un estado que no es ni el de SALUD ni el de ENFERMEDAD.
Este estado no nos lo han enseñado, nadie nos lo ha mencionado, no lo conocemos, es totalmente un estado desconocido para nosotros. No lo podemos entender, y es en estos momentos donde uno, al intentar tomar conciencia sobre su estado, nos dice: “no se que tengo, no lo entiendo, no tengo nada, no me encuentran nada, pero no me acabo de encontrar bien”. Ésta situación es muy frecuente, nos pasa a diario; si nos escuchásemos un poco más, cada día lo podríamos decir, y repito, es un estado desconocido para la mayoría de la población.
Según la Organización Mundial de la Salud, el estado de SALUD se define como “correcto bienestar, correcto equilibrio entre las partes física, psíquica y social del individuo; y no solo la ausencia de enfermedades”. Así pues, ¿quien tiene salud en nuestra sociedad? , dónde éste equilibrio es muy frágil, muy etéreo, y por tanto el estado de SALUD es casi utópico.
En esta zona de desconocimiento, hay las DISFUNCIONES, las ALTERACIONES FUNCIONALES; es la zona de las PRE-ENFERMEDADES, dónde aun no hay ninguna enfermedad instaurada, pero de este estado, si no hacemos nada, se pueden derivar todas las distintas patologías. Este es un gran momento de tomar conciencia de que si el organismo, por si solo no puede reajustarse y volver a un estado de mayor normalidad (salud), tenemos que ayudarlo a retomar ese camino; es el momento dónde las TERÁPIAS NATURALES, tienen un papel esencial: Naturopatía, Acupuntura, Shiatsu, Homeopatía, Reflexología, Quiromasaje, Osteopatía… Estas son las terapias específicas para estas frecuentes etapas de nuestra vida, donde “no tengo nada, pero no me encuentro bien…”.